EL MANOS DE SEDA

**Por Fernando César, dibujo daniel manrique arias (tepito arte aca)**

Serie Soñando a Tepito

Vestía elegante, el caché dia y noche, todo un galán, caminaba airoso y con soltura, ¡padrote el muchacho!. ¿Profesión? la que le transformaba en todo un arte: metemanos, dos de bastos carterista.

El mote manos de seda por la suavidad de las mismas y, por lo agudo y sutil del toque en el tejido de la tela a la hora del atraco. El número 1 en el oficio y respetado por los propios extraños.

¡Caray! verlo ¡sobres! da miedo y al mismo tiempo respeto y admiración ¡limpio!. con astucia y maña, sin agresión... fino el maestro¡Nombre!... cuando abordaba el camión, sus nervios fieles, leales, su mirada minuciosa exploraba el terreno. ¡fisionomista y psicólogo el cabron! en ese conjunto de rasgos del rostro, encontraba al "gil".

Un día carnal ¡que lo veo! el suéter colgaba del antebrazo velludo, con él cubria la mano y el despacio deslizaba los de "dulce"; palpaba los bolsillos traseros del pantalón, ¡la buena nalga! seguia hacia adelante y después se inclinaba disimulado ver las calles por la ventanilla, mientras introducir los dedos en el bolsillo de la victima. Que sin darse cuenta era la presa. ¡En el mero momento que lo cascó! La muñeca elástica doblaba como víbora para atrapar la ternera llena de marmaja.

Cuando sentía el objeto, fruncía las pinzas de cangrejo y se recargaba para presionar y no se sintiera el jalón. En lo que te lo cuento el y en menos de lo que canta un gallo, salía maciza la cartera; aunque raras veces puede ver donde quedó la bolita, rápidamente y como por arte de magia, desaparecía al objeto... ¡acto seguido mi valedor! se fue al fondo del camión, tocó el timbre y que baja de papitita de Ángel.

La pasión del manos de seda, bolsear a las mujeres, con el suéter y saco habitualmente reventaba broches y cierras. Dentro de la bolsa, sus dedos palpaban: aromáticos perfumes, medias, pañuelos. pantaletas, el lápiz labial mágico... ¡pácatelas!. Pero siempre al escudriñar, como si sus dedos tuvieran ojos, encontraba la cartera o bolso con el dinero, que fácil viene y el placer se pierde. Siempre limpio, limpio el suave MANOS DE SEDA.